jueves, marzo 11

Portomarín

 
Iglesia fortaleza de San Nicolás
Ruinas del viejo pueblo y al fondo el actual Portomarin


Vistas del rio Miño

Situado aproximadamente a unos 26 km. al sur de Lugo, se encuentra Portomarín, a mi parecer un pueblo con un encanto especial, será porque yo he tenido la ocasión de visitarlo muchas veces y ya me siento cuando estoy en él como en casa. Con sus gentes, sus calles empedradas, paseando bajo los soportales y por sus parques, relajandote en alguna de sus terrazas, con el río Miño a tus pies y maravillandote con sus vistas.
Llegan los peregrinos que van camino de Santiago y suben por la Escalinata o Capilla de las Nieves, frente al puente que cruza el río Miño, y se preparan para pasar la noche en alguno de los muchos albergues que allí se encuentran.


Antiguamente Portomarín se dividía en dos barrios, San Pedro y San Juan, separados por el río Miño y unidos por un puente romano del siglo II, por el que pasaban los peregrinos, siendo uno de los pocos lugares por los que se podía cruzar el río a pie. Este puente fue destruido en el año 1112 por la reina de Castilla Doña Urraca, mientras escapaba de su marido Alfonso el Batallador, volviéndose a reconstruir años más tarde por Pedro Peregrino. Por su particular belleza, Portomarín fue declarado en 1946 Conjunto Histórico Artístico.


El momento que marcó el actual emplazamiento de Portomarín, fue la construcción del embalse de Belesar en el año 1962, que dejó bajo las aguas el viejo pueblo, obligando a sus gentes a abandonar sus casas y desplazarse hacia el monte del Cristo. Algunos vecinos no creían que fuese verdad que el agua fuera a inundar todo y hasta el último momento no abandonaron sus casas. Aún pueden verse, cuando hay poca agua, el antiguo puente bajo el actual, por el que aún se puede caminar y los restos del antiguo pueblo.


Al nuevo Portomarín, se trasladó piedra por piedra, la iglesia fortaleza de San Nicolás o San Juan (construida por los monjes-caballeros de la orden de San Juan de Jerusalén en los siglos XII y XIII), aún pueden verse las inscripciones numéricas en sus piedras. Esta iglesia fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1931, También fue trasladada la portada occidental de la Iglesia de San Pedro y algunos pazos de los siglos XVI y XVII, como el del Conde Maza y el palacio de Berbetoros.



No hay que perderse:

Festival del Aguardiente: Domingo de Pascua
Festa do Ramallo: 1er domingo de julio
Domingos Folklóricos: Domingos de agosto
Fiestas Patronales: 1ª semana de septiembre

lunes, marzo 1

Búhos de la Suerte


Cada persona creerá una cosa, que dan buena o mala suerte, las historias sobre búhos son un poco contradictorias, por una parte se dice que si te regalan un búho como amuleto, bien sea como colgante, figura o llavero o si te encuentras casualmente con uno y le miras sin asustarlo, te traerá buena suerte y fortuna económica, si él te mira directamente a los ojos, se adentra en tu alma y te transmitirá parte de su poder.


Por otro lado, dicen que el búho es signo de mal agüero. El grito del búho blanco es señal de muerte de alguien cercano, si este animal se posa en el tejado de una casa o vuela alrededor de las ventanas durante la noche, es que anuncia la muerte de alguien de esa casa. Si se oye su grito durante un parto, vaticina la muerte del recién nacido o si lo encuentras muerto o enfermo traerá traición. También que si lo ves por el día te traerá mala suerte.


Antiguamente, era costumbre clavarlos con las alas extendidas en las puertas de las granjas, así se protegían de los maleficios. Las mismas supersticiones de los búhos las padecen las lechuzas, además su canto pronostica mal tiempo. Si las asustas te darán mala suerte durante muchos años y si las echas del sitio en el que estén, se van a llorar a tu ventana durante toda la noche.




Durante años se relacionó a los búhos con las brujas. Alguna superstición decía que las brujas podían darse una vuelta sobre un búho y después podían tragar y respirar la sangre de los bebés, otras que los búhos eran sus mensajeros y también de los magos, que bailaban juntos sobre las tumbas de los muertos y que si oías el ulular de un búho, enseguida se acercaba una bruja. En algunas culturas era creído que si cocinabas los huevos de un búho hasta hacerlos ceniza, se podía utilizar como poción para mejorar la vista.