miércoles, septiembre 22

Cantabria


Regalo de Marita
Nuestra vecina Cantabria es una región en la que se puede disfrutar del mar, la montaña, bellos paisajes naturales y de un importante conjunto de monumentos y bienes culturales. Quiero mostrar a continuación algunos de los lugares más conocidos de la comunidad.

Comillas


Una de las localidades más conocidas de Cantabria, conocida como la "Villa de los Arzobispos", por haber nacido en ella cinco prelados de la iglesia que alcanzaron esa dignidad. Es una villa marinera, aunque también ganadera y agricultora, y sobre todo turística.
Está asentada sobre varias colinas, en el lugar conocido como Sobrellano, se encuentran el Palacio del Marqués de Comillas, la Capilla Panteón, que el propio Marqués mandó construir y el famoso Capricho de Gaudí.
Frente al palacio en la loma de la Cardosa se halla el gran edificio de la Universidad Pontificia de Comillas.
Estas edificaciones fueron realizadas entre el siglo XIX y XX, todas ellas están relacionadas con el Marquesado de Comillas.


San Vicente de la Barquera


Se encuentra en la costa occidental de la provincia, junto a las rías de Rubín y Pombo y ubicada en el Parque Natural de Oyambre, espacio natural protegido, compuesto de acantilados, playas, rías y bosques. Su puerto pesquero es uno de los más importantes de la región.
En el pasado esta villa fue un importante paso del Camino de Santiago, de que queda un importante patrimonio monumental, entre ellos: la Iglesia de Santa María de los Ángeles, bien de interés cultural en 1931, desde ella se divisa toda la villa. Junto a ella, el Castillo, conocido como Castillo del Rey, con la categoría de monumento, actualmente se utiliza como museo y para exposiciones.


Santillana del Mar


Uno de los lugares de mayor valor histórico-artístico de España y el más turístico de Cantabria, ya que es uno de los más visitados de la región. El conjunto histórico de Santillana nada más que puede visitarse a pie.
El edificio más representativo de Santillana es La Colegiata de Santa Juliana, de estilo románico.
En el centro del crucero se erige el sepulcro de Santa Juliana, cuyas reliquias se guardan en la arqueta del retablo con los escudos de la Casa de la Vega.
Junto a los muros del claustro se observan los sarcófagos con motivos heráldicos de personajes relevantes del clero y la nobleza.
Existen varios museos, entre los cuales se hallan el Museo de la Inquisición, el Museo Diocesano Regina Coeli y el Museo de Jesús Otero.
Sus calles se encuentran repletas de posadas y tiendas de productos típicos cántabros y artesanales.
Muy cerca de allí se encuentran las Cuevas de Altamira "la capilla Sixtina del arte rupestre", en ella se hallan las pinturas de la prehistoria más famosas del mundo, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


Cabárceno


Situado en el valle del Pisueña, a pocos kilómetros de Santander, se encuentra el Parque de la Naturaleza de Cabárceno.
Este no es un parque natural, sino un espacio naturalizado por la mano del hombre, realizado sobre una antigua explotación minera.
En él se pueden encontrar especies animales de los cinco continentes del mundo en régimen de semilibertad, distribuidos en varios recintos. Se caracteriza por los grandes espacios con que cuentan los animales. A través de casi 20 km. de carreteras se accede a los diferentes recintos, también cuenta con varias rutas botánicas. Un sitio ideal para disfrutar al aire libre y en la compañía de los animales.


Santander


La Capital de Cantabria, está situada entre el mar y la montaña. En ella se encuentran diversos lugares por los que pasear y edificios de interés para visitar, dispone de una amplia oferta de patrimonio artístico y cultural. Santander cuenta con numerosos parajes naturales entre los que destacan el Parque de Mataleñas o la Península de la Magdalena donde se ubica el Palacio de la Magdalena y sus jardines, situado frente a la isla del Mouro, donde estuvo el antiguo fuerte de Santander.

Zonas para pasear como el Paseo de Pereda o Castelar, el Paseo Marítimo del Sardinero, que se encuentra en la zona más lujosa de Santander, en él todos los años a mediados de julio celebran los famosos Baños de Ola, volviendo al siglo XIX y rememorando las costumbres de ese siglo, vistiéndose con castos trajes de baño hasta los tobillos y celebrando rastrillos, concursos, y verbenas.


Liébana

Cuentan de Santo Toribio, que quiso llevar la fe cristiana a una comarca que en pleno siglo VII todavía seguía habitada por gran cantidad de herejes. Cuando el santo llegó al Valle de Liébana, subió a La Viorna y lanzó su báculo al aire con el fin de levantar un monasterio allí donde cayera. Las gentes del lugar se negaron a ayudar en la construcción del templo, hasta el punto de negarle sus animales de carga para trasladar los materiales hasta la ladera de la montaña. Pero Santo Toribio no se echo atrás y solicito la intervención divina.

Un día que se encontraba rezando, llegaron a sus oídos unos ruidos, que parecía la lucha entre unas bestias salvajes, asombrado, descubrió muy cerca a un lobo y un oso enzarzados en una pelea. Decidido a calmarlos, les habló en cristiano, como si se tratase de humanos. Sorprendido al ver que los animales se calmaron, consiguió amarrarlos a un yugo, a fin de que le ayudaran a transportar las piedras para la construcción.
Cuando los lebaniegos tuvieron noticia de esto días más tarde, corrieron ante el santo para convertirse a la cristiandad. Con gran entusiasmo contribuyeron también con sus animales y a los pocos meses el templo pudo ser bendecido y en poco tiempo no quedó en las montañas ningún pagano sin bautizar.

El Monasterio de Santo Toribio tiene junto a Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz, el privilegio de celebrar el Año Santo, otorgado por una bula del Papa Julio II en 1512.


Castro Urdiales

Regalo de Rosa
Dedal de la Sociedad Deportiva Remo de Castro Urdiales

Villa marinera en el oriente de Cantabria, Castro Urdiales posee un bonito paisaje de playas y acantilados y patrimonio monumental entre los que destacan la Iglesia de Santa María, el puente medieval, la ermita de Santa Ana, el Castillo de Allendelagua.

Sobre este último se cuenta una leyenda sobre un válido del Rey Fernando IV, cuyo nombre era Camilo de Carvajales, que perdió la confianza del soberano y entonces decidió ingresar en la Orden de los Caballeros Templarios. Junto a ellos participó en tres campañas en Tierra Santa, decidiendo terminar sus días retirado junto a los monjes de la fortaleza-monasterio que la Orden poseía en las cercanías de Castro Urdiales.

Un día, mientras rezaba en el bosque, se le apareció un ave que terminó convirtiéndose en una hermosa joven. El caballero, prendado de la belleza de la muchacha, corrió tras ella, precipitándose al mar, sólo encontraron su capa flotando en las aguas.
Días después, mientras los monjes rezaban por su alma, en plena tormenta, se les apareció el caballero como un espectro y tras decirles que estaba condenado en el infierno, desapareció con un desgarrador alarido. Tras esa temible experiencia los monjes abandonaron el castillo.
Cuenta la leyenda, que en las noches de tormenta, aún pueden escucharse los gritos del caballero templario en las ruinas del castillo.