lunes, enero 4

Mis amigas las Brujas

Aquí os muestro varios de los dedales que he conseguido con brujas, además de coleccionar dedales también tengo alguna que otra figura adornando la casa. Como veis los hay muy variados, de cerámica, porcelana, metal, barro...


Hay muchas leyendas e historias sobre ellas, brujas con escobas que vuelan, con verrugas y sombrero, el caldero con pócimas al fuego, acompañadas de gatos negros como mascotas y que hacen pactos con el diablo. Según la tradición, son mujeres ancianas con poderes naturales y sobrenaturales entre los que se cuentan: realizar encantamientos, cautivar la voluntad de unos, enamorar a otros, influir en el destino. Han estado presentes a lo largo y ancho de casi todo el mundo y en algunos lugares se reunían en aquelarres al amparo de la noche y la oscuridad de cuevas y bosques.

A lo largo de la historia muchas mujeres fueron perseguidas y algunas acusadas injustamente de brujería. Un ejemplo muy claro se dio sobre el siglo XIII cuando algunas de ellas, que vivían apartadas, normalmente solteras o viudas, fueron acusadas por la Inquisición de brujería y quemadas en la hoguera, sin tener pruebas contra ellas, sólo tenían la sospecha y la denuncia de algún vecino que quería librarse de ellas.
En la actualidad, siguen existiendo las brujas, pero no como eran conocidas durante la Inquisición ni en los cuentos para niños, sino mujeres que curan con las plantas, hacen conjuros, ayudan con medicina natural a las personas que tienen problemas físicos (magia blanca). Otras utilizan sus poderes para perjudicar a las personas, causándoles mal de ojo, incluso produciéndoles daño físico (magia negra).



Dominica la Coja
Sucedió por el siglo XVI en un pueblo de la provincia de Huesca. Cuentan que vivía allí una vieja curandera a la que todos llamaban Dominica la Coja, ella conocía muchos remedios para aliviar dolencias que padecían las personas, recogía plantas y flores para prepararlos.
La acusaron de brujería y de haber causado las desgracias que sucedieron en el pueblo, de hacer brebajes y cocimientos de veneno con sapos, culebras y lagartos, y también de pactar con el diablo. Le hicieron un juicio, la torturaron y pasó a manos de la Inquisición.
Hubo muchisimos testigos que la acusaron bajo juramento de los peores cargos, de haber matado niños y a las caballerías, de agriar el vino de las bodegas o de tener las huellas del diablo en su cuerpo. Tras un largo y doloroso proceso, ya vieja y moribunda, la sentenciaron a la horca por bruja.

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